domingo, 27 de febrero de 2011

La música desde dentro

Se acerca el momento. Intentas comer algo pero los nervios están demasiado metidos en tu estómago como para producirte esa inestable sensación de hambre.
Te avisan para que comiences a ponerte el equipo; una petaca y un pinganillo para poder escuchar mejor las voces. Coges el micro, lo enciendes y guardas silencio mientras escuchas el instrumental que implica el comienzo de la gran noche.

Esa es la rutina de cada fecha destacada de actuación. Una orquesta, aunque de manera externa se aprecie como pura diversión, conlleva muchas responsabilidades.
Requiere al menos un ensayo por semana, aunque al acercarse actuaciones pueden ser dos perfectamente. Implica que siempre tienes que tener la voz bien para aguantar como mínimo 3 horas de ensayos y hasta 5 y 6 en los días de actuación; eso implica dejar de salir por la noche por si coges frío, abrigarse siempre la garganta, gritar lo menos posible... La voz es muy delicada y cualquier esfuerzo le puede pasar factura.
Implica un 100% sobre el escenario para que la gente disfrute con tu interpretación. Conlleva transmitir sensaciones sin ser repetitivo, separando emociones que pueden hacerte llorar en algunos temas.

Pero siempre merece la pena. La música forma parte de nuestras vidas de manera activa, llegando incluso a condicionar nuestros estados de ánimo. Pero siempre he dicho que realmente hay que llevar la música dentro, produciéndola de las diferentes opciones posibles para saber cuál es la sensación que te recorre todo el cuerpo, que te llena y que hace que por ella seas capaz de dejarlo todo y de hacer esfuerzos de los que no te creías capaz.

Y espero seguir teniendo estas sensaciones a flor de piel durante muchos años.



Audio recomendado: Vivo por ella

1 comentario:

  1. Hombre pues nunca he dado un concierto así que no puedo compartir yo mis sensaciones en esto, pero pinta muy estimulante

    nos vemos

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