domingo, 6 de febrero de 2011

Las votaciones del engaño

Desde que apareció el boom en España con Operación Triunfo seguido del fugaz éxito de Factor X, nos dimos cuenta de que, en teoría, formamos parte de las decisiones musicales a escala nacional.

Somos los que consumimos la música, los que elegimos qué nos gusta y cómo y cuándo nos gusta. Pero ¿es todo eso real? Caras llamadas de teléfono para mostrar tus preferencias con la esperanza de que al final quien continue saliendo por la pequeña (gran) pantalla sea tu preferido, aunque según algunos informáticos cercanos, hay programas con los que se pueden hacer llamadas automáticas desde Internet para generar votos ilimitados de manera gratuita.

Vayamos a la pequeña escala, al ámbito local al que tanto me suelo referir, y a mi parecer ni siquiera con este tipo de programas saldría el más votado en la mayoría de las veces ¿Se supone que los votos se certifican ante notario? Dudo que en concursos de televisiones locales abarquen un gasto semanal de que un notario certifique que esos votos distan de los favoritismos del jurado o de los propios dueños de la cadena.

Aunque abriendo un nuevo frente...¿No resulta sospechoso que justo los concursantes de los que notamos cierta preferencia por la organización sean la mayoría de las veces los salvados?

Quieren que confiemos en concursos de talentos que se caracterizan por las voces cada vez más blandas, con menos gancho y menos capacidad vocal, a modo de gran hermano con cámaras las 24 horas dejando ver un fin comercial más allá de la música, y que en suma no sabemos si las votaciones son justas. Aunque lo que sí que nos queda claro que a nivel de calidad de voz en su mayoría no son justas.

Será por todo esto que programas que en su día fueron un bombazo como Operación Triunfo disminuye su audiencia en esta nueva edición. Si quieren éxito en sus concursantes, que empiecen por buenas voces, seguido de funciones puramente musicales y para terminar con la continuación de los mejores dentro de las academias

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